Entrevistas

"Quiero romper ese mito de que Algeciras es una ciudad maldita"

Melgar hace todo lo posible por mostrar las bondades de la ciudad en 'Herrera en la Onda' Afirma que sería un orgullo ser Hijo Adoptivo


-Usted es un periodista todoterreno. ¿Cree que la crisis y las nuevas tecnologías están cambiando la profesión? 

-Creo que las nuevas tecnologías tienen la ventaja de la inmediatez, pero le han quitado romanticismo al periodismo. También la crisis ha provocado nuevos hábitos de lectura en la prensa. El periodismo siempre se ha diferenciado de la literatura en la rapidez, pero ahora es más difícil digerir los contenidos. Hay una saturación de noticias, una especie de fast food

-Actualmente conduce una sección llena de humor como es La Webería en Herrera en la Onda. Un tono totalmente opuesto a sus crónicas como reportero en la Guerra del Golfo o Ruanda. ¿Le es fácil cambiar de 
registro

-El humor siempre me ha gustado. Es una forma inteligente de comunicar. Ahora que hay tanta gente pesimista siempre viene bien algo de humor. He tenido la suerte de tocar muchos palos en esta profesión, desde editar periódicos hasta hacer programas de música en los 40 principales, o desde las crónicas de guerra como reportero hasta la intimidad de los programas por las noches en la Ser

-Ha trabajado en radio, televisión, prensa... ¿qué le queda por hacer en esta profesión?

-Muchas cosas. Al final todo es comunicación. Donde hay un resquicio, ahí quiero estar para aportar mi granito de arena. Soy bastante aventurero y me gustaría hacer un reportaje sobre la Ruta 66. Ya he hecho algo, pero me gustaría seguir profundizando en travestirme en personajes diferentes para ver la reacción de la gente. El periodismo es tan universal que es difícil decir hasta aquí hemos llegado. 

Con el maestro Herrera en una de las múltiples fotos
 publicadas por el director de "Herrera en la Onda"
en su cuenta de Twitter
-¿Algún país que haya querido visitar o algún reportaje por hacer que todavía no haya podido? 

-Corea del Norte. Me encantaría hacer un reportaje sociológico-político de este país tan hermético. Para todos los periodistas es un caramelo que no podemos probar por culpa del régimen. 

-Es frecuente escucharle hablar en la radio de Algeciras. De sus bondades gastronómicas o de la tierra. ¿Cree que Algeciras es tan especial como dicen? 

-Sí. Es una ciudad por descubrir para los de fuera. De ahí mi afán por hablar de ella en la radio. Tristemente en el exterior es conocida, por el narcotráfico y su condición fronteriza, como una ciudad conflictiva. Sin embargo, el día a día demuestra que es totalmente distinta a como se cree. Sus ciudadanos son acogedores y permeables, tiene muchas costumbres interesantes y culinariamente es un paraíso, con ese Estrecho que nos surte de sus frutos marinos. Quiero romper ese mito de que es una ciudad maldita. Es verdad que se la han cargado urbanísticamente. En mi memoria conservo cómo era el casco antiguo o las playas, que ahora se han convertido en parques temáticos. Pero frente a esto, tenemos los alrededores de la urbe que son un paraíso natural. También el paisanaje, con su gente tan especial. El que puso ese apodo era un sabio, ya que acertó de pleno. 

-Usted es asiduo a la Feria Real de Algeciras. ¿Qué le ha parecido la de este año? Lo digo porque ha sido más corta, sin Domingo Rociero, lo que ha generado bastante polémica.

-Este año he estado tres días, de viernes a domingo. Estuve en la corrida de rejones con mis hijos Pablo y Carlota, a los que quiero transmitir mi afición por la tauromaquia. La Feria ya no es lo que era. Antes era más pequeña y familiar, con sus portadas antiguas. Hay cosas que habría que haber conservado. Ahora se disfruta de otra manera distinta. Tuve la ocasión de hablar con el alcalde, que tuvo la deferencia de invitarnos a Carlos Herrera y a mí al palco, sobre la polémica por la reorganización de los días de Feria. Creo que rectificar es de sabios y ha sabido dar marcha atrás cuando la opinión popular se lo ha demandado. No tiene sentido disfrutar de la cabalgata y luego irse a dormir. Los días han quedado desarticulados. La gente quiere que se mantenga el Domingo Rociero. Creo que el alcalde ha sabido reaccionar. 

-Un articulista de este diario, el catedrático Alberto Pérez de Vargas, le ha dedicado una columna en la que aboga por que sea nombrado Hijo Adoptivo de Algeciras por la imagen positiva que proyecta a través de las ondas a nivel nacional. ¿Qué le parece?

-Algeciras para mí es como una madre y estaría orgullosísimo de serlo. Al profesor Pérez de Vargas lo estimo mucho. Me mandó la columna y me hizo mucha ilusión. Sería un enorme honor. Hago todo lo posible por mostrar lo mejor de Algeciras. 

-Su vínculo con esta zona sigue siendo muy fuerte. 

-Ahora me estoy redescubriendo como padre, también soy ya abuelo, y quiero inculcarles el Sur. Algeciras tiene muchos alicientes. Además, tiene a tiro de piedra Gibraltar, Marruecos o Tarifa. Quiero que ellos no se lo pierdan. Cada vez que puedo llevo a mis dos hijos pequeños a contemplar cetáceos a Tarifa o a la Feria de Algeciras, que es distinta de la de Sevilla. Aunque son sevillanos de nacimiento, yo siempre digo que los algecireños nacemos donde queremos. 

-¿A qué sitio le gusta escaparse dentro de la comarca? 


-Tengo un ritual cada vez que vengo, que es pasear por la Plaza Alta. La playa de El Rinconcillo me trae muchos recuerdos. También la de Getares o Punta Carnero. Tengo muchos amigos en Algeciras. No en vano estuve presentando 25 ediciones de la Ortigada de San Isidro. También impulsamos el Carnaval tras la dictadura. Me encanta acudir a los establecimientos de mi hermano Dori como La Terraza o el Marea Plaza. Soy un apasionado de los erizos. Me encanta el olor a mar. Cuando vengo a Algeciras y llego a Pelayo, y veo la unión del Mediterráneo con el Atlántico con Gibraltar de fondo, sé que ya estoy en casa.




Por Gorka Zumeta

“Creo que no recomendaría a mi hijo que se dedicara a este negociado”

Cuando llegué a Madrid, a comienzos de los 90, procedente de Radio San Sebastián, me encontré en Gran Vía 32, la sede central de la SER, con un colectivo de profesionales que imponían sobremanera. Allí estaban Julio César Iglesias, Carlos Herrera (con ‘Las Coplas de mi SER’), mi paisano Iñaki Gabilondo, José Antonio Naranjo, Concha García Campoy, Javier Rioyo, Lorenzo Díaz y en informativos Fernando González, Antonio Jiménez, Luis Rodríguez Olivares, Gerardo González o Javier Roch, entre otros muchos nombres. Mi sensación era haber llegado al parnaso de la radio de finales de los 80 y principios de los 90. Me consideraba un auténtico privilegiado. Muy malo había que ser para que, siquiera por ósmosis, no aprovechara mi cercanía con ellos. Sin embargo, el trato personal, el recibimiento a aquel joven donostiarra que llegaba de provincias con la boca abierta, fue excepcional. Uno de aquellos grandes nombres que tuve la suerte de conocer en mi camino iniciático fue Jesús Melgar, que estuvo al frente de ‘La Ventana indiscreta”. Su enorme y natural afabilidad rompía todas las barreras y facilitaba la relación que hoy, muchos años después, hemos recuperado felizmente.

Jesús Melgar lleva muchos años en primera fila
(Foto Onda Cero Radio)
-Empezaste en una emisora pequeña, Jesús, en SER Algeciras. ¿Es una buena escuela para aprender el oficio?

-Sí, comencé de la mano del director “putativo” de mi carrera, el incombustible Sergio González Otal. Imagínate, con 14 años y toda la ilusión del mundo encima, para mí fue un juguete de los dioses.


-Tres adjetivos para definir la radio en tu opinión.

-Cercana, fluida, cómplice.

-Una de tus etapas más apasionantes fue junto a Jesús Quintero en ‘El Loco de la Colina’,  primero en RNE y luego en la SER. ¿Hoy se podría volver a hacer ese programa? O el tiempo ya pasó…

-Fue un programa hijo de su tiempo. En América, tuvieron su “Wolfman Jack” que emitía desde un punto desconocido para todos. Aquí, El Loco te hablaba junto al oído desde una colina y te transmitía su “tempo” y clima. Fue una radio hippie, muy de Jack Kerouac. Creo que ahora sería necesaria más ingenuidad para despertar aquella complicidad.

-Recuerdo la entrevista de Gabriel Celaya y Amparitxu Gastón, su mujer, en que terminaron achispados. ¿Qué más recuerdas del anecdotario de este histórico programa?

-Sobre todo la peregrinación de bohemios y últimos románticos que tenían como meta los estudios donde hacíamos el programa. Era el reflejo del espíritu ácrata que se percibía, con toda la ilusión,  en el nacimiento de una democracia  desconocida por las nuevas generaciones.

Una simpática fotografía que certifica la realidad del
ambiente que refleja la radio. Carlos Herrera al frente,
de camino al Rocío, con Melgar, Naranjo y Caraballo
(Foto Onda Cero.es)
-¿Cómo se logra crear esa atmósfera con los invitados y la comunión con el oyente?

-Ralentizando el tiempo. La sintonía de Pink Floyd era un buen preludio para entrar en situación. Y a partir de ahí, con el perfecto dominio de los silencios de Quintero, mientras medio país se sentaba en el estadio futbolístico y vibraba con la radio regañona de Jose María García, el otro medio se acostaba en nuestro diván de psicoanalista y disfrutaba con la terapia de nuestras músicas con mucho compás y pocas baterías.

-Años más tarde, a comienzos de los 90 tú mismo asumiste la noche en la SER en ‘La Ventana Indiscreta’, donde yo te conocí. ¿Cómo fue esa aventura?

-Un gran honor sustituir al querido Julio César Iglesias. Una aventura que duró cuatro años que me hizo confirmar de nuevo que la radio de noche está formada por más espíritu que técnica. Una de mis mayores satisfacciones es que los oyentes llegaron a bautizar a muchos niños con mi nombre.

-¿Cómo terminó?

-Fue un fin de ciclo. Después de una temporada que me sustituyó Marta Robles, Gemma Nierga llegó con las llamadas telefónicas de la audiencia.

-Una de tus facetas menos conocidas es la de corresponsal de guerra… recuerdo una intervención tuya con Iñaki Gabilondo en que le contabas el primer bombardeo de Bagdad. A pesar de los ‘truenos’, saliste a la terraza a grabar el sonido. ¿Qué hay en el periodismo y en la vocación que te hace olvidar hasta el apego a la vida?

-En mi caso, además de un irrefrenable espíritu aventurero que me ha seguido durante toda mi vida,  mucho de locura e inconsciencia. Sobre todo, cuando entras a contar la primera guerra del Golfo “camuflado” como productor musical, porque era la única manera de que te dieran el visado para entrar.

-Irak, Jordania, Kuwait, luego Ruanda, con el conflicto entre Hutus y Tutsis, aquí te tocó, imagino, uno de los episodios más duros de tu vida, personal y profesional: ver morir a una niña en tus brazos.

-Es cierto: sólo valoramos las cosas cuando carecemos de ellas. Cuando estás ante un campo con 200.000 refugiados, improvisado con cañas y trozos de plásticos,  sin luz, agua, ni los más mínimos servicios higiénicos, con enfermedades contagiosas asolando al personal aún más que las razzias con machetes de los enemigos, te das cuenta de que aquí, en este planeta, algo nos falla. Especialmente cuando sabes que una simple píldora habría salvado de la muerte a una niña con la edad de tu hija que, ante tu impotencia, muere en tus brazos.


Jesús Melgar forma parte ahora del equipo de colaboradores de Carlos Herrera, en Onda Cero Radio, en el tramo comprendido entre las 10:00 y las 12:30 horas. Concluido el tramo informativo, 'Herrera en la Onda' se refugia en la complicidad de los oyentes ('los fósforos') para, con ellos, edificar uno de los tramos más simpáticos y positivos de toda la radio española. Melgar, junto con José Antonio Naranjo y Lorenzo Díaz, más diferentes colaboradores que van desfilando cada día para completar el show, son elementos imprescindibles para animar a los oyentes a participar. Y comparten su vida, sus experiencias sobre el tema propuesto. El oyente les conoce mejor, se hace su 'amigo'. En otro momento, ya desarrollé en este blog mi impresión sobre el programa, hablando del "vitalismo contagioso" de Carlos Herrera, que convierte las mañanas en un empujón de ánimo y adrenalina para afrontar el día con humor y sentido positivo de la vida. Melgar participa de esa filosofía y admira al maestro Herrera y a su don de la oportunidad, aparte del enorme conocimiento del medio. 

-Ahora estás con Carlos Herrera, en Onda Cero, en un tramo en el que volcáis todo el positivismo posible sobre la vida y compartís con el oyente –siempre inteligente- retazos biográficos sobre mil y un temas. ¿Te sigues sorprendiendo con los oyentes? ¿Conservas ese grado de sorpresa imprescindible como para abordar ese tramo?

-No sólo lo conservo, sino que, además, resulta imposible no incentivarlo con la creatividad, divertida o trágica, pero siempre muy elocuente, que desarrollan en sus llamadas.

-¿Tres cualidades de Carlos Herrera?

-¿Sólo tres?

-Por resumir…

-…Es uno de los pocos comunicadores integrales que nos quedan, con un desarrolladísimo sentido del espectáculo radiofónico, con una credibilidad arrolladora –también para la prescripción comercial- y el entusiasmo contagioso del veinteañero que es. (Esta respuesta posiblemente me valdrá por tres años más de renovación, pero es la pura verdad).

-¿Cómo ves la profesión, Jesús?

-Jodida. Y te habla quien ha tenido la suerte de vivir (y muy bien, por cierto) de ella. El mercado publicitario hace cada vez más difícil la supervivencia. Parece que en los últimos años, la única fórmula rentable es la musical: ciento y pico emisoras emitiendo discos y cuñas con un becario dándole paso. Añádele a esto que hay que trabajar desde barricadas ideológicas y que los medios parecen menguar mientras las hornadas de profesionales no paran de lanzar licenciados directamente al paro o pésimamente pagados al mercado laboral. Me gustaría ser algo más optimista, pero si miro alrededor, creo que no recomendaría a mi hijo que se dedicara a este negociado.

Carlos Herrera, José Antonio Naranjo,
Caraballo y Jesús Melgar, camino del Rocío
(Fotografía Onda Cero.es)
-¿Y a los que quieren empezar, pero no encuentran más oportunidad que la de ejercer de becarios per secula seculorum?

-Ya has leído mi anterior respuesta. Pero aún así, les recomiendo paciencia, ánimo y mucha creatividad.

-¿Queda algo por hacer en la radio o, como mantienen algunos, está todo inventado?

-En realidad, hay tantas radios como oyentes. Por lo que no todo está radiado. Además, alguien tendría que explicarnos cómo diablos  se puede desenchufar el sonido de la vida.

-El todo por la audiencia o el todo vale que ha puesto en marcha la TV ¿ha afectado ya a la radio, o de momento se libra?

-Como en el resto de medios, cada vez tenemos más nichos de audiencias. Quiero decir que al igual que los lectores compran el periódico con las noticias y editoriales que quieren leer, también buscan en los diales a los predicadores con los que sintonizan políticamente. Y se produce, más que la radio-basura (de la que misteriosamente nos estamos librando) la sectarización del medio que empieza a ser muy preocupante.

-¿Tres deseos para terminar referidos a la profesión?

-Trabajo, honradez y prosperidad.